El desacelerar en el trabajo y en quienes me rodean me permite concentrarme en mi, en mi hijo, en mi familia y mi hogar y voy sintiendo como esos factores me hacen bien, me llenan mucho más de lo que tenía antes.
Hoy es una semana que estoy en la nueva oficina y me siento feliz en esta nueva forma de ver y vivir cada instante de mi vida. Soy yo quien marca el ritmo, quien permite lo que entren mi tiempo y cuánto tiempo le otorgó.
Es la receta perfecta y yo tengo los ingredientes
Y mientras sigan este ritmo las cosas van fluyendo bien a mi alrededor sin que yo tenga que hacer más allá que atraerlas a mi, pedirlas, manifestarlas. Lo importante es tener una buena sintonía con el yo versus el mundo logrando la sinergia necesaria para complementarse cada instante dejando claro que primero está el yo constante y que sin el lo demás no tiene un rumbo claro.
"Yo soy el capitán de mi Barco"